Al principio nadie en el equipo sabíamos exactamente cómo empezar a cultivar: ¿qué elegimos plantón o semilla? Usar un plantón es más fácil y vemos los resultados al momento, pero el uso de semillas es más económico y aunque los resultados no sean instantáneos, sí que vamos a tener una satisfacción mayor y podremos elegir entre una gama de variedades de la planta en cuestión mucho más amplia, ya que los viveros suelen traer sólo plantones de las más comunes.
Ante ello, no hay una respuesta correcta sobre qué método elegir, ya que ambos tienen sus pros y sus contras, por lo que va a depender de las prioridades de cada persona.
Si nos decantamos por semillas, en muchas ocasiones no sabemos cómo germinarlas para hacerlas crecer fuertes y sanas, o tenemos una simple idea de como hacerlo. Por ello, os vamos a dar un proceso para que en vuestra misma cocina, que da buenos resultados en casi todas las semillas pequeñas de <5mm. Seguiremos los siguientes pasos:
-
En una servilleta añadimos las semillas bien repartidas y a continuación, colocamos una servilleta húmeda encima.
-
Enrollamos las servilletas creando un cilindro, ya que ello va a favorecer el proceso.
-
Colocamos nuestro cilindro en el recipiente que hayamos elegido, pudiéndose utilizar cualquier recipiente que tengamos por casa como un envase de yogurt, y lo cerramos parcialmente, es decir, dejaremos un pequeño espacio para que haya una circulación del aire. Es importante realizar un pequeño agujero en la base de nuestro recipiente, para facilitar del drenaje y evitar la asfixia de las raíces.
-
Colocamos nuestro recipiente en algún lugar de nuestro hogar donde la temperatura ronde entre los 20-22 grados centígrados.
Una vez llegados a este punto, ¿qué hacemos?:
-
Controlar periódicamente cómo se va desarrollando la germinación, manteniendo las servilletas siempre húmedas.
-
Revisar las semillas a los 3 días y observar cómo han evolucionado.
-
Sacamos las que ya han germinado y colocamos en el brote en el contenedor donde vayamos a cultivar.
-
Volvemos a humedecer las servilletas de papel.
-
Seguir revisando cada día las semillas y vamos sacando aquellas que ya hayan germinado.
Como podréis observar, es un proceso sencillo pero que requiere tiempo y paciencia.
También, otro de los métodos que podemos seguir es plantar la semilla directamente en la tierra, para ello os dejamos los pasos a seguir:
-
Conocer las condiciones que requiere la planta, como la temperatura, la humedad y la luminosidad.
-
Realizamos un agujero en la base del recipiente que hemos elegido (envases de yogurt, macetero pequeño o semillero) de tal manera que permita el drenaje y consigamos que las raíces no lleguen a asfixiarse en caso de exceso de lluvia o riego.
-
Echamos tierra al recipiente y enterramos la semilla a una profundidad de 2-3 veces el propio tamaño de la semilla..
-
Regar la semilla regularmente, evitando que se seque. Hasta la germinación, os aconsejamos regar casi todos los días pero sin excederse, ya que el exceso de agua podría tener efectos negativos para la semilla.
Los plantones, a diferencia de las semillas, no requieren humedad constante en los primeros días ya que no es necesaria como en el caso de la germinación de las semillas.
Cuando las raíces del plantón vengan muy compactadas en su bandeja o recipiente, es recomendable “despegar” gentilmente o abrir una pequeña incisión entre las raíces de la parte inferior, para enviar la señal a la planta de que la hemos trasplantado a un contenedor más espacioso y debe seguir desarrollando raíces. En caso de que el plantón se haya desarrollado mucho en la superficie previamente al trasplante –como suele ser el caso si no son plantones ecológicos y han sido fertilizados químicamente–, será buena idea también podar la planta y quitarle las hojas muertas (si las tiene) para asegurarlos de que toda la energía se concentra en desarrollar raíces fuertes en esos primeros días desde el trasplante.
